Hoy viernes, día 7 de mayo, los medios de comunicación nos han preguntado nuestra opinión sobre un comunicado enviado hoy por el arquitecto Arturo Silvosa.

En él trata de justificar los más de 210.000 euros que pretende obtener del Círculo y critica que hayamos mantenido informados puntualmente de esta situación a los socios.

A la vista de este comunicado, con la finalidad de seguir informando puntualmente a los socios, reproducimos la carta manuscrita del expresidente del Círculo de las Artes, José Carlos Sánchez del Valle, que ha permanecido en la caja fuerte de la entidad cultural hasta ahora. Este documento se ha incorporado al sumario judicial y como junta directiva entendemos que todos los socios deben conocer su contenido.

Además del documento original, reproducimos su contenido literal para facilitar la lectura del manuscrito.

A LA JUNTA DIRECTIVA DEL CÍRCULO DE LAS ARTES

Queridos amigos:

Cuando hace años se me propuso ser presidente de la sociedad, mi contestación afirmativa estuvo fundamentada únicamente en un deseo antiguo y personal: que el Círculo se complementarse con instalaciones deportivas. Muy pronto se vendió la casa de Balbás y se adquirieron los terrenos de Labio y, poco tiempo después, se estimó que debía comenzarse el estudio técnico de las futuras instalaciones. A propuesta mía se encargó dicho estudio al arquitecto Arturo Silvosa, hijo de un amigo común, también miembro de la Junta Directiva, intentando de algún modo que su título recién estrenado tuviera el complemento de un trabajo importante desde el punto de vista de la imagen profesional que esta Sociedad pudiera darle. De ello hace aproximadamente cinco o seis años.

Tuvimos posteriormente, y muy de tarde en tarde, conocimiento de sus primeras visitas a los terrenos y de que había efectuado los primeros apuntes técnicos del estudio. Ante la posible complejidad de estructurar esta idea se nombró el seno de la Junta una comisión formada por Antonio Seral, Egidio Silvosa y yo mismo para efectuar el seguimiento, el estudio de viabilidad económica y, en definitiva, formalizar en su caso y negociar el correspondiente préstamo. Hay que decir que en realidad esta comisión nunca llegó a funcionar debidamente. De forma paulatina fue únicamente Egidio el que realizaba un trabajo sostenido y constante al haberse jubilado. He de comentar que me transmitía sus ideas y me enseñaba el trabajo realizado, y ambos nos entrevistamos con el director general de Caixa Galicia para la solicitud de un préstamo por importe de 550 millones de pesetas que pudiese  cubrir la ejecución de las obras que teníamos previstas.

Aún conociendo estos detalles, la Junta Directiva nunca tuvo participación en el desarrollo de las gestiones y mucho menos en el avance o amplitud de los trabajos del arquitecto. La evolución de estos fue algo totalmente marginal a la misma.

En 1998 y 1999, probablemente, firme las Hojas de Encargo a Arturo Silvosa, y lo hice de manera personal, en el entendimiento de que los trabajos se realizasen de acuerdo con la filosofía que queda expuesta. He de significar que en dichas hojas de encargo no se concretaron en absoluto fases de proyecto y mucho menos presupuesto de ejecución material. Simplemente se firmaron en blanco dando por sentada la buena fe de ambas partes y el hecho de que precisamente el padre del arquitecto, Egidio Silvosa, miembro de la directiva fuese a la sazón el que estudiaba en solitario la viabilidad financiera de la inversión, de 550 a 600 millones de pesetas.

La última reelección de la actual directiva en la que ya no figuraba Egidio Silvosa se produce en el mes de marzo de 2000. En el mes de abril, Arturo Silvosa me entrega en mi despacho la minuta de sus honorarios que ascendía a más de 64 millones de pesetas en función de un presupuesto de ejecución de 1.600 millones. Ello produjo, además de una enorme sorpresa en todos nosotros, una gran tensión en la Junta. Quiero hacer constar un dato revelador e inusitado: se presenta la minuta sin que hasta ese momento ningún miembro de la Junta Directiva, yo incluido, hayamos visto el proyecto, o lo pudiéramos haber analizado o revisado; en ningún caso ha sido posible dar nuestra opinión sobre estudios concretos, costes de infraestructuras, soluciones técnicas adoptadas de organización, equipamiento, jardinería, decoración de zonas interiores y exteriores, instalaciones, etc.

Estos antecedentes me obligan inexcusablemente a dejar sentada la absoluta falta de responsabilidad, en todos los sentidos, de los miembros de la Junta Directiva actual o pretérita respecto a esta situación creada, con excepción de Egidio Silvosa. Por ello quiero hacer constar que si de todo lo expuesto se derivara algún posible perjuicio se me considere como único responsable del mismo dentro de la actual Junta.

Quizá en un momento determinado mi obligado comedimiento y precaución como presidente fue desviado por la confianza en otras personas y por la ilusión que siempre he puesto en este proyecto.

Solicito que este escrito sea unido al acta que se levante en la próxima junta.

Firmado José Carlos Sánchez Del Valle.